No te vayas, Sol, no te vayas,
porque tus rayos bermejos acarician mi piel de ciudad,
no dejes de entregarme el cielo a tu alrededor,
ni la intensidad que refractas en mi mirada,
ni el suave regalo de tu mensaje de vida,
porque mi ser necesita todo lo que me das para poder vivir.
No creas en el silencio
que se teje en la noche,
no sientas que la luna y las estrellas brillan más que tú
porque es imposible...
... Sólo tú, mi Sol, puedes hacerme despertar.
martes, 26 de mayo de 2009
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