lunes, 25 de setiembre de 2006

Un Express para saborear (y recordar) por 10,000 años: Breve reseña sobre Chungking Express

Si bien el nombre de Quentin Tarantino figura en la caja del DVD en grandes letras capitales, este afamado cineasta poco o nada tiene que ver con esta producción*. Chungking Express es una obra escrita y dirigida por Wong Kar-Wai, y relata las historias de dos parejas en Hong Kong, de donde Kar-Wai es originario. El nombre hace alusión a las Torres de Chungking, lugar de esta ciudad asiática donde se ambienta la mayor parte de la trama, y al Midnight Express, puesto de café al paso que sirve de punto de confluencia entre las dos historias alrededor de las cuales está construida la película.

Muy poco puede criticársele a ésta, la cuarta obra de Kar-Wai. Las historias y los diálogos son fantásticos y por momentos incluso poéticos, la selección musical es magnífica, la fotografía es maravillosamente efectiva al momento de reflejar la soledad en la que se encuentran inmersos los protagonistas. La desconexión entre ambas historias es una metáfora más de todas las que se encuentran a lo largo de la película respecto al aislamiento del hombre de la ciudad.

La mayoría de las relaciones humanas que se establecen durante la película no pasan más allá de ser contactos fugaces entre personas que preferirían, en realidad, evitarse entre sí. Sin embargo, incluso en la Selva de Chungking (nombre original del film), es posible encontrar momentos de calidez humana. El encuentro fortuito entre dos seres solitarios puede tener como desenlace la felicidad de un recuerdo que durará por 10,000 años**, o el accionar obsesivo y compulsivo, pero asimismo maravilloso y extraordinario, de una "loca" mujer enamorada.

Ésta es una deliciosa cinta de amor, que no cae en la cursilería de la comedia romántica de Hollywood ni en la sofisticación muchas veces absurda del cine rebuscado que se tilda de intelectual. El estilo de Kor-Wai, que consiste en ir redactando el guión conforme avanzan las grabaciones, así como el continuo uso del cámara-en-mano, contribuyen a darle dinamismo a la película. Chungking Express es, además, de lectura bastante fácil, gracias a la naturalidad de las actuaciones y de la elección de planos, junto con una banda sonora que utiliza temas profundamente difundidos en la conciencia y la emotividad colectiva (como la entrañable California Dreamin' de The Mamas And The Papas, o Dreams, tema de Cranberries interpretado por Faye Wong).


Una película, en definitiva, altamente recomendable, de esas que se disfrutan cuando uno es un empedernido enamorado del amor, o un solitario recalcitrante, o (mejor aún) ambas cosas a la vez.


FICHA TÉCNICA
Dirección: Wong Kar-Wai
Producción: Chan Yi-Kan
Guión: Wong Kar-Wai
Protagonistas: Brigitte Lin, Tony Leung Chiu Wai, Faye Wong, Takeshi Kaneshiro, Valerie Chow
Música: Frankie Chan, Roel A. García
Fecha de lanzamiento: 8 de marzo de 1996 (USA)
Duración: 102 minutos (USA), 98 minutos (Hong Kong)
Lenguaje: Cantonés, mandarín, inglés


* Quentin Tarantino, un admirador de Wong Kar-Wai, fue quien decidió promover la película en los Estados Unidos (Fuente: Wikipedia).
** "If my memory of her has an expiration date, let it be 10,000 years...": Tagline de Chungking Express.

lunes, 18 de setiembre de 2006

¿PERIODISMO DOMESTICADO?

Ensayo basado en "La transformación de los medios tradicionales e Internet: mediamorfosis o mediacidio"

Creer que la Internet ha puesto el poder mediático en manos del común de los mortales es una quimera que sucumbe ante el propio peso de su ingenuidad.

Muchos han propuesto que la aparición de los blogs se ha constituido en una forma eficaz para que los usuarios comunes y corrientes puedan pasar a ser parte del flujo de información. La posibilidad de acceder a la Red ha aumentado notablemente en los últimos años y empezar un blog es relativamente fácil, incluso para los menos duchos en el manejo de herramientas de Internet.

Sin embargo, son muy escasas las probabilidades de que un ama de casa, un estudiante universitario, un vago cibernauta cualquiera de los que abundan en esta ciudad, puedan aportar una información relevante para su comunidad. Las "noticias" que pululan en los blogs (con muy honrosas pero contadas excepciones) no van más allá de alguna emotiva reseña sobre el 20 que se sacó su hija en la escuela, el amor incondicional hacia su enamorada o una nueva forma de bajar pornografía sin pagar.

El poder que, sin embargo, sí se ha esparcido entre los blogs como una irrefrenable infección es el de la Opinión. Hoy por hoy, cualquiera puede decir lo que quiera sobre cualquier cosa y ser leído en cualquier parte del mundo. Estas opiniones, lamentablemente:
  1. no importa lo inteligentes, acertadas o agudas que sean, puesto que la cantidad de personas que acceden a éstas es mínima en comparación con las que son bombardeadas desde el Poder (cualquiera sea el que esté en juego) por la versión institucional de tal o cual tema, o
  2. son simple y llanamente furibundas y/o estúpidas.
El lado negativo de esta redistribución de la Opinión es que su poder se ha repartido de manera demasiado puntual, perdiendo vigor para hacerse sentir (y ni que decir de valer) desde una perspectiva específica.

Es ese el poder que todavía poseen los medios tradicionales. A parte de monopolizar entre ellos mismos las noticias que llegan a nuestros ojos y oídos, aún poseen una fuerza difícilmente alcanzable por un redactor común y corriente de blog. Mucho más aún si dichos medios han decidido dar el salto e incursionar en la Internet.

Los medios tradicionales han construido su legitimidad durante generaciones. A simple vista podría parecer que el crecimiento geométrico de la Red podría llegar a desplazarlos en lo que se refiere a credibilidad y al poder para generar opinión pública. Sin embargo, esto no parece algo factible por lo menos hasta donde se perfila el horizonte de la historia de las Comunicaciones.

Si bien es cierto que existe una crisis de credibilidad de ciertas empresas en el mundo de los Mass Media, ésta no ha sido generada ni de lejos por la Internet. Eso es un papel que le queda grande a los modestos blogs. El desplazamiento de la legitimidad se ha dado y se sigue dando entre los mismos Grandes Medios: hace una década era CNN quien llevaba la batuta de la "Verdad" (hasta donde pueda ser viable este término) periodística, ahora es Al-Jazeera.

Acceder a las tecnologías verdaderamente masivas requiere una inversión económica que el común de los mortales no poseemos. Y aunque lo parezca, la Internet no es un medio masivo básicamente porque:
  1. no posee un público objetivo definido
  2. no posee un contenido definido
Los medios masivos de comunicación siguen siendo la TV, la radio y la prensa. Desde el punto de vista periodístico, la Internet es, por el momento, sólo un nuevo canal a través del cual se transmiten los contenidos de los medios tradicionales, y mientras no se supere esa barrera, la legitimidad seguirá estando las manos de éstos.

sábado, 16 de setiembre de 2006

Hombre = XY

Soy un hijo de los noventas. Papá, mamá, lo siento, pero es así. Cuando empecé a notar la clase de mundo en que me encontraba, Bush había decidido invadir Irak, Fujimori había disuelto el Congreso, Kurt Cobain se había suicidado con una escopeta. Los noventas le declararon la guerra al glamour, fueron la década de la crudeza y del despertar a las alertas globales.


Nací en el lindero que separa a las generaciones X e Y. Soy hijo de los que sobrevivieron a la Guerra Fría. Sé que viví durante la época de violencia senderista a pesar de que no la recuerdo con demasiada conciencia, más allá de los apagones y de los días de Paro Armado en que mis padres me hacían ir a la escuela. De hecho, nunca falté al colegio ni repetí de año, pero sí me reprobaron en religión y en conducta un par de bimestres.

Conocí y disfruté de 3 formatos distintos de soporte para grabar música: vinilos, cassettes y CD's. Escuché artistas que grabaron más que sólo en este último formato. Comencé a escribir poesía cuando era uno de los mejores de mi clase de química. Empecé a estudiar ingeniería y estoy a punto de terminar mi carrera de periodismo.

Tengo el cabello largo y no uso terno pero hablo con corrección. Tengo barba pero aún soy un imberbe hijo de los noventas.