jueves, 5 de marzo de 2009

Perla perdida

Cuando "Rambo" llegó al hospital, lo único que pudieron hacer por él los médicos fue confirmar su deceso. Se encontraba todavía en la primera mitad de sus cuarentas y le sobrevivían su esposa, María, de 42 años, y su hija, Karol, de 19. Reducido a balazos por seis delincuentes mientras trabajaba como agente de seguridad de un camión repartidor de abarrotes, la muerte que lo sorprendía ese martes de verano en Sullana era sólo una muestra más de la dramática situación en que se encuentra sumida esa ciudad norteña desde hace ya varios años.

Toda una "perlita"
A Sullana solían llamarla la "Perla del Chira", debido a su belleza tranquila bañada por el río del que toma su apelativo, sus huertas interminables de mangos y limones, su comida imperdible.

Los sullanenses más ancianos recuerdan cómo, antaño, las puertas de sus casas permanecían abiertas por las noches para que el aire circule y poder así escapar del calor inclemente del norte del Perú, sin miedo a ser víctima de algún robo, mucho menos de algo peor.

Hoy, según las palabras de sus propias habitantes, Sullana es la segunda ciudad más peligrosa del Perú.

- Ahora te matan hasta por robarte diez soles-, me explica Jorge, profesor y padre preocupado por el futuro que les espera a sus cuatro hijos en esta ciudad. -Mi esposa me ha pedido que nos mudemos a Piura, pero todavía no me decido-, me confiesa, ansioso por otorgarle lo mejor a sus seres queridos, pero sin saber cómo conseguirlo exactamente.

A Jorge le han tratado de robar su moto tres veces en el último año, según me cuenta.

- Lo que hacen es interceptarte mientras manejas. Te rodean con motos lineales o "mototaxis" y te cierran el paso para que te detengas. A veces también tratan de botarte de la moto en movimiento. Si te resistes te "meten cohete"*.

Delincuencia sobre ruedas
La arrolladora presencia de "mototaxis" en las ciudades peruanas más calurosas debe ser su común denominador. Sullana no es la excepción, sobre todo porque el 40% de los jefes de familia en esta ciudad no tienen un empleo estable y buscan sustentar su hogar a través de este medio.

Los "mototaxis" son una forma barata y rápida de moverse en Sullana: ir de un punto cualquiera a otro dentro de la ciudad no suele costar más que la tarifa fija de 2 soles.

Sin embargo, desde hace algunos años los delincuentes también utilizan este medio de transporte para realizar secuestros al paso. Mientras un "mototaxi" se desplaza con un pasajero en su interior, los cómplices del chofer se colocan a ambos lados del vehículo en sendas "mototaxis" y saltan hacia aquel en que se encuentra la víctima, propinándole golpes para reducirla y robarle hasta la oportunidad de protestar. No es una sorpresa que varias veces los asaltados también hayan resultado muertos.

- Uno ya ni sabe si llegará vivo a su destino-, me dice Nancy, una mujer que regresa a Sullana para visitar a su familia.

"Rambo" en "La Selva"
Llegué a Sullana porque "Rambo" era mi tío. Entré al velorio, cansado aún por un viaje por carretera dilatado y caluroso, y aún incrédulo de que aquel hombre de metro noventa, al que tanto le gustaba vivir, pudiera ahora yacer en ese cajón, rodeado de flores y llantos.

Luis -que ese era su nombre de pila- era policía y desde hacía un par de años se dedicaba a brindar servicios particulares de seguridad.

Como buen norteño, gustaba de la cerveza, un recurso cuyo consumo ya hasta parece enclavado en el código genético de todos aquellos que tienen que vivir día a día con temperaturas máximas de hasta 40 grados Celsius. Amaba a su esposa, mujer de gran habilidad para las manualidades, y a su hija, quien recién daba sus primeros pasos en la Universidad.

Ese martes, "Rambo" se vistió con unas bermudas, un polo y sandalias; verificó que su arma estuviese cargada, y finalmente se colocó el chaleco antibalas. Aquel día tenía que escoltar a un camión de abarrotes hacia una zona conocida como "La Selva", quizás el barrio más peligroso de Sullana: si un vehículo se detenía más de 10 minutos en ese lugar, podía darse casi por sentado que sería víctima de un atraco.

Alrededor de las 11:20 a.m., el camión llegó a la tienda en "La Selva" donde tenía que dejar sus productos. Luego de quince minutos, continuaban en el mismo lugar, habiéndose enfrascado en una discusión el distribuidor y la dueña de la tienda. "Rambo" estaba preocupado con justa razón, pero no podía imaginar que lo que estaba por pasar acabaría con su vida.

Prácticamente de la nada, aparecieron seis sujetos montados en tres motos lineales "Vespa", vehículos de moda en Sullana, incluso entre los delincuentes. Los primeros disparos vinieron sin avisar.

Sorprendido por el ataque masivo contra su persona, "Rambo" no atinó sino a sorprenderse por seguir vivo tras la primera oleada de disparos, gracias al chaleco antibalas que traía puesto. Sin embargo, los delicuentes reaccionaron más rápido y le dieron en ambas piernas, por lo que cayó en la vereda y se arrastró, tratando a la vez de escapar de la línea de fuego y de desenfundar su arma.

Los delincuentes, sin embargo, eran más y su empecinamiento contra "Rambo" era tal que parecían tener algo personal en su contra. Se acercaron a él y lo balearon incesantemente en el pecho, pero nuevamente no conseguían atravesar el chaleco antibalas, hasta que uno de ellos le disparó por el costado izquierdo, justo bajo el brazo.

La bala atravesó el corazón de "Rambo" por la mitad y no se detuvo hasta alojarse en su hígado; eran las 11:40 a.m., agonizaba y no llegaría vivo al hospital.

Pulgas en la Corte
Uno de los delincuentes que fueron sindicados como autor de la muerte de "Rambo" era el "Pulga", un hombre pequeño y flacucho como bien hacía alusión su alias, pero que tenía varias muertes en su haber. Hacía poco había sido atrapado por la Policía, pero pocos días antes había salido en libertad debido a "falta de pruebas".

Nada más lejos de la verdad, según los mismos sullanenses. El chofer que me llevó hasta Piura para tomar mi bus de regreso a Lima -y cuyo nombre nunca llegué a saber-, me contaba que la corrupción en el Poder Judicial de Sullana era un secreto a voces.

- El "Pulga" salió porque sus familiares le pagaron 10 mil Soles al vocal. Lo que hacen es pedir "colaboraciones voluntarias" a los vecinos de los delincuentes y si no ayudas te amenazan con tomar represalias en tu contra cuando el delincuente salga libre.

Esta versión fue corroborada por varias personas más.

- La Policía cumple con su trabajo. Captura a los delincuentes y se los entrega al Poder Judicial con su respectivo atestado policial. Pero es ahí donde los sueltan porque todos son una sarta de corruptos -menciona otro hombre, con el que también converso en el entierro de "Rambo".

El "Pulga", junto a otros hampones como "Piurano", "Lucho Limeño" y "Gordo Óscar", fueron identificados como algunos de los autores de la balacera que acabó con la vida de "Rambo". El último de estos delincuentes ya ha sido capturado por la Policía, pero...

... lo que me queda por decir aquí está sobreentendido.



* Te disparan.